Un
sueño
Tuve los sueños más
dulces... Cada uno puede imaginarlos a su gusto y piacere.
Cuando desperté, antes de
abrir los ojos, sentí un roce suave, tibio en el cuello, en la mejilla, en la
oreja, del lado izquierdo.
Recordemos: lado
izquierdo = corazón = mujer.
Abrí los ojos con cautela
y era él: el león.
Luego, todo fue
intercambio de miradas, sonrisas... aunque la melena me hizo un poco de
cosquillas.
Ah, pero valió la pena.
22-05-11
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Carta
de Hamlet
Queridos Rosencranz y Guilderstein:
Os escribo desde estas hermosas playas, adonde me había
enviado el adúltero, el incestuoso, el fratricida de mi tío: ¡el rey!
Ya he dado buena cuenta de mis asesinos mercenarios y,
después de un breve y necesario descanso, regresaré a Dinamarca a terminar de
limpiarla de las alimañas que la corrompen.
¿Cómo está mi madre, la bella y débil reina Gertrudis?
¡No le digáis nada, todavía!
Quiero ver el horror, la culpa, el arrepentimiento
reflejados en su rostro. Nunca me felicitaré lo bastante de nuestras prácticas
de esgrima. Cómo nos divertíamos, ¿lo recordáis?
También alzo mis bendiciones al Cielo por tener a dos
amigos como vosotros en la
Corte. Vuestro fino olfato me alertó de que algo raro estaba
sucediendo y me impulsó a abrir aquella carta.
¿Cómo daros las gracias?
Un abrazo fraternal y
hasta pronto
Vuestro, siempre,
Hamlet,
Príncipe de Dinamarca
Rosencranz y Guilderstein se miraron, se abrazaron y
echaron a correr, gritando y riendo por las calles de la ciudad. Lo único que
les pesaba era que aún no podían difundir la jubilosa nueva.
2009
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